viernes, 24 de febrero de 2012


El estrés del ama de casa




“Si el mundo es tempestad, la casa es puerto.
La casa te es corona y te es vestido,
Y es forma tuya y es tu informadora,
Y a la vez tu cárcel y tu mundo
Porque siendo tu esclava es tu señora”

                                                 (Poesía de Eduardo Marquina que Gabriela Mistral incluyó en una Lectura Para Mujeres)


 Son muy diversas las situaciones específicas en la vida de las mujeres capaces de generar estrés.
Algunas de ellas son:
·         En la mujer ama de casa
·         la soledad
·         la extrema dependencia afectiva hacia los hijos
·         la dependencia económica del marido
·         la realización de los trabajos domésticos y extradomésticos
·         el sobreesfuerzo diario que conlleva al cansancio físico y psíquico.

Otra fuente de estrés es el impacto que tiene la crisis socioeconómica en la vida las mujeres de distintos sectores sociales.
La crisis, forma nuevas demandas y también nuevas exigencias: la creciente desocupación y subempleo del marido e hijos es uno de ellos, especialmente para las mujeres de sectores más populares.
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Lo cotidiano de estas mujeres es estar expuestas a situaciones de tensión y ansiedad: el aumento significativo de la violencia familiar y urbana, como también el aumento del consumo de alcohol y drogas, las obliga al cuidado permanente de los miembros más débiles de la familia.
En estas condiciones de vida, la enorme carga de demandas y exigencias, llevan a que se incrementen los factores de riesgo para la salud tanto física como psíquica.
A veces los estados depresivos y sentimientos de angustia que padecen los maridos exige a estas mujeres respuestas de contención y apoyo, para ellas muchas veces a costa de sus propios sentimientos, realizando el esfuerzo de sobreadaptación, para muchas de estas mujeres los psicofármacos se convierten en un recurso de sostén.


. “El trabajo de la casa no se termina nunca...”

"La mujer ama de casa está exhausta, golpeada, rallada, quemada, cortada, electroshockeada..."       
                                                          Moira Soto(Tribulaciones de una ama de casa)


El ama de casa media se pasa entre 50 y 75 horas semanales limpiando la casa y haciendo otros trabajos físicos como agacharse, empujar y levantar cosas, subir escaleras para tender ropa, limpiar vidrios, sacar telarañas, etc.

La lista de tareas domésticas parece ser interminable:

·         Lavar
·         Planchar
·         Cocinar
·         Limpiar pisos
·         Tender camas
·         Limpiar vidrios
·         Coser
·         Pagar impuestos
·         Baldear
·         Lavar platos
·         Hacer compras
·         Decidir los menúes
·         Hacer reparaciones u ocuparse de que lo reparen
·         Pasar aspiradoras
·         Sacar la basura
·         Dar de comer a los animales domésticos si los hay.
·         Etc.

Además de esta larga lista también se observan algunas actitudes que provocan estrés como:

·         Tener la impresión de estar siempre al servicio de los demás.
·         Tener dificultades para decir que no aunque tengan razón.
·         Coordinar los horarios de todos
·         Poner límites
·         No tener tiempo para dedicarse a sí mismas
·         Empezar más cosas de las que se pueden terminar
·         Sentirse abrumada e impotente ante las muchas cosas que debería hacer
·         No preocuparse por el aspecto propio tanto externo como interno.
·         No sentirse valorada
·         Estar malhumorada, irritada, tensa
·         No descansar lo suficiente
·         No poder tomas decisiones
·         Tener problemas de pareja.

En general el ama de casa suele pensar que tiene que estar muy fatigada antes de permitirse un descanso, y cuando lo hace quizás se sienta algo culpable por no hacer lo que debería estar haciendo.


Claves para controlar el estrés:

·         Es importante comunicarse para ser escuchada y no para ganar en el enfrentamiento
·         No confundir afecto con sumisión
·         Formular peticiones y no exigencias
·         Pedir lo que se necesita
·         Encontrar espacio y tiempos para descansar y relajarse
·         Estar atentas a las situaciones que producen tensión
·         Tomarse las cosas con calma hace que se vean los problemas desde otra perspectiva
·         Aumentar la sensación de control  de estrés. Cuanto mayor sea la sensación menor será el estrés.
·         Favorecer la valoración realista de la situación que estresa
·         Mejorar la capacidad de resolución de problemas
·         Aprender a discernir  prioridades
·         Registrar los siguientes síntomas que pueden ser causas de estrés:
             ° Dolor de cabeza, problemas digestivos, naúseas, sudor, mareos, no        
                Acordarse de cosas, dolores de espalda, taquicardia, aumento de
                La presión arterial, frecuencia urinaria, etc. etc. etc...

·         No olvidarse de reír, la risa es una buena herramienta ante el estrés, ilumina la cara, relaja los músculos, nos baja la vigilancia.
Aprender a disfrutar de lo que somos, hacemos y tenemos



Un funcionario detrás de una ventanilla pregunta a una mujer:¿Profesión?La señora responde -Limpiadora, cocinera, costurera, planchadora, niñera, maestra, remisera, enfermera, portera, economista, sensual geisha y amante
Funcionario-Todo eso no cabe señoraSeñora responde-Pues ponga "ama de casa"que es lo mismo
                               Elena Arnedo (Desbordadas, la agitada vida de la mujer elástica)


lunes, 20 de febrero de 2012

Las Mujeres y el Estrés

 



"Conciencia del tiempo es igual a estrés y agotamiento corporal y emocional"
                                                                               Shirley MacLaine


Definición de estrés


El estrés es un mecanismo de reacción a las perturbaciones del medio que determina la puesta en marcha de complejos defensivos.
El efecto principal del estrés es estimular una serie de cambios para enfrentar una situación potencialmente peligrosa, desencadenando la activación de los sistemas nervioso y endocrino. El desequilibrio biológico desencadenado por el estrés reiterado desgasta el organismo, reduce su inmunidad, constituyéndose esto en un factor de riesgo para la salud.
Para determinar el nivel de riesgo se tienen en cuenta la cantidad de sucesos estresantes que padece una persona a lo largo de un tiempo determinado, también si estos sucesos son ocasionales o sostenidos.
Para algunas personas el reconocimiento de que su vida está permanentemente sometida a situaciones de estrés, puede funcionar como señal de alarma, en cambio para otras personas se hace difícil este registro y no les queda otra posibilidad más que caer en el esfuerzo de la sobreadaptación.
La sobreadaptación no es más que una serie de mecanismos que determinan una adaptación rígida a las condiciones de vida, al medio y a los factores estresantes que están en ella.
Estos mecanismos pueden conducir a desmentir, disociar, negar todas aquellas señales que, desde el interior del cuerpo o desde las emociones, pueden poner a descubierto algún grado de malestar.
Se arma así una relación particular con el propio cuerpo, ya que los registros de señales que provienen de él, no son reconocidos. Al no considerar esto una fuente de información sino como algo que molesta no se registran las señales de malestar.
El estrés también puede derivar de algo que ocurre en nuestro entorno, de un problema laboral, familiar, de las crisis vitales de la vida como cuidar a padres enfermos, hijos discapacitados, etc.
Algunos de los síntomas del estrés son corrientes y otros no los son tanto, algunos son específicos de las mujeres, y otros simplemente se dan más menudo que en los hombres, algunos implican una predisposición física y otros no.
El estrés puede ser intermitente, pasajero o crónico. El estrés prolongado puede agravar una afección ya existente.
En general el estrés está relacionado con ansiedad, tensión, angustia, insomnio, síntomas pscosomáticos, depresión. Destacando también la importancia del consumo de psicofármacos que aumentó en estos últimos años.

Estrés característico de la mujer

El estrés característico de la mujer es aquel derivado de su fisiología como la menstruación, el embarazo, el aborto, la menopausia. También podemos encontrar estrés derivados de los cambios de vida, como los problemas económicos, por pérdida o falta de trabajo, el matrimonio, divorcio, la viudez, la reorganización de la vida cuando los hijos son mayores y se van del hogar.
Las mujeres actuales sufren muchas presiones sociales: al ama de casa se la impulsa a que salga del hogar y se realice, a la mujer que trabaja afuera se la presiona para que cuide más a su familia.


El estrés y el cuerpo de la mujer


Las mujeres naturalmente tienen tres procesos fisiológicos que la distinguen del hombre: la menstruación, el embarazo y la menopausia.
Muy conocido es el síndrome premenstrual que sufren muchas mujeres, que tienen que ver con un conjunto de cambios físicos y emocionales como: irritabilidad, retención de líquidos, sensibilidad en las mamas, dolores de cabeza, nerviosismo, cambios de humor, etc.
El estrés agrava la mayoría de los síntomas de tensión premenstrual.
También el embarazo se puede ver afectado por el estrés por que pueden aparecer miedos como a que el feto no esté bien, miedo al parto, esto hace que en un momento la futura maternidad se viva con temor.
La depresión postparto también puede estar influenciada por el estrés, esto va a depender mucho del entorno del cual este rodeada la mujer en el momento del nacimiento del bebé.
La menopausia, otra etapa importante en la vida de las mujeres y que se caracteriza por el cese permanente de la menstruación y por ende  el fin de la actividad ovárica. En esta etapa también el metabolismo óseo pierde un importante apoyo con la desaparición  de los estrógenos y la progesterona. Todo el mundo, incluyendo los hombres, pierde masa ósea con los años, pero las mujeres postmenopausicas la pierden con más rapidez. La osteosporosis, que es la fragilidad de los huesos debida a la perdida de minerales, se da más o menos en el 40 % de las mujeres. Los síntomas de la menopausia pueden ser: insomnio,  accesos de calor, fatiga, palpitaciones, cambios de humor, etc.
Por supuesto que en todos los aspectos del síndrome del estrés femenino, las diferencias individuales, son grandes determinantes de los síntomas.
Todos ellos son aspectos importantes del síndrome del estrés femenino, como así también la desorganización, por ejemplo, cuando la capacidad de resolver problemas se encuentra sobrecargada, cuando hay muchas dificultades para tomar decisiones, cuando hay muchas necesidades de dependencia.
En estos síntomas se observa que tanto la energía como el optimismo están agotados, porque cada órgano y el sistema del cuerpo tienen niveles inferiores de resistencia cuando están sometidos a un grado alto de estrés.
Hay diferencias sutiles en las reacciones del cuerpo ante los distintos tipos de estrés. Las situaciones de temor pueden estresar distintos órganos o sistemas que se enfrentan a estas situaciones, y así sucesivamente, por lo tanto, determinados estrés podrían dar lugar a determinados síntomas.



El estrés y la mujer de hoy



A pesar de que las mujeres casadas pasaron a formar parte de la población que trabaja, se sigue esperando de ellas que desempeñen sus papeles tradicionales en el hogar, y esto hace que suelan vivir con conflicto los papeles que desempeñan dentro y fuera de la casa. Las mujeres de hoy padecen un serio déficit de tiempo. Los apremios de horarios suelen conducir o comer apuradas, fumar mucho, padecer insomnio, tener cambios de humor.

Los síntomas típicos de estrés de las mujeres hoy, son:
·         Mucha tensión o dolor de espalda, cuello, brazos.
·         Dolores de cabeza
·         Dificultades para conciliar el sueño.
·         Problemas digestivos.
·         Pérdida o aumento de peso
·         Desarreglos menstruales
·         Palpitaciones
·         Falta de deseo sexual
·         Ansiedad
·         Sobrecarga de ocupaciones y preocupaciones


El hecho de trabajar ayuda a las mujeres a aliviar los problemas del presupuesto familiar, eso también contribuye a que estén más expuestas al estrés. Las mujeres no cambian el trabajo de la casa por el de afuera de ella, sino que añade más obligaciones.
A menudo las madres que trabajan se angustian porque piensan que le quitan tiempo a su familia y esto hace que se sientan a veces culpables.
La otra alternativa también crea estrés, es decir, una madre que decide quedarse en casa corre el riesgo de sentir que no esta haciendo todo lo posible para ayudar a la economía familiar, además, la sensación de dependencia se ve aumentada incluso cuando hace todo lo posible por ahorrar. Parece que el estrés está presente tanto en las mujeres que trabajan fuera como dentro del hogar.

“ Si no te has dado cuenta de la naturaleza de tu actividad aunque quieras relajarte será imposible.”
Osho (Liberando las fuerzas internas)

miércoles, 8 de febrero de 2012

LA MUDANZA OBLIGADA






La dificultad que se plantea cuando se debe dejar el hogar, materializado en casa o departamento, que fue forjado con mucho sacrificio o no, es paralizante. Sobre todo, cuando nadie nos advirtió que acceder a ese sueño de la casa propia podría llegar a tener un final de pesadillas por causas obligadas o de fuerza mayor. Entonces, la desazón, la frustración y la impotencia, pretenden adueñarse de nosotros.

Dejar el espacio elegido para reducirnos a uno que es más forzado porque la realidad lo impone, no genera precisamente sentimientos gratos. Esta situación, no nos es extraña a los argentinos. Es y fue vivida por muchísimas familias en nuestro país, debido a las interminables crisis económicas, la pérdida del empleo, la reducción del salario y la caída de la dignidad laboral y social.
El tema tampoco escapa, en los últimos años, a países “desarrollados” tales como España, EE.UU e Irlanda, entre otros, en los cuales como producto de la crisis de las hipotecas, un alto porcentaje de familias debieron abandonar sus hogares ante la imposibilidad de pagar sus deudas. Esta situación es uno de las bases sobre la que sustentan su  indignación el movimiento de “los indignados”.
Volviendo a la situación que se presenta en nuestro país, el afán de propiedad de la “casa” y el ascenso social que ello implica, heredado de nuestros ancestros inmigrantes, “tanos”, “gallegos”, “rusas”, etc., prendió fuerte en el sentimiento de valoración y progreso individual, haciendo aún más penosa la perdida e hiriendo los sentimientos de auto-valoración puestos en juego simbólicamente en ese espacio de propiedad adquirido. No obstante, se pueden privilegiar algunas actitudes que puedan ayudar a transitar y superar este difícil y crucial momento: tomar consciencia de que solo se trata de una circunstancia, indudablemente critica, por la que se debe pasar, sin tratar de minimizarla ni permitir que absorba toda nuestra realidad. No admitir que esta circunstancia se convierta en depresiones o enfermedades. Comunicar el estado de ánimo, la angustia y el dolor que provoca la pérdida no deseada.
Ser creativos, tratar de ver en la dificultad también una nueva posibilidad. Advertir la oportunidad de volver a empezar con el nuevo conocimiento que genera, inesperadamente, también, la difícil situación por la que atraviesa. Apoyarnos y rodearnos de afectos, amigos, y seres queridos. Tratar de rescatar la solidaridad que en mayor o menor grado se nos trata de acercar.
No renunciar a la esperanza. Intentar comprender la dinámica de la vida. Aprender a tolerar todo aquello que nos frustra para poder seguir adelante, sin quedarnos paralizados y desde ese lugar crecer, es el inicio de la respuesta.

Estos artículos fueron escritos para http://www.reporteinmobiliario.com/

COMO DISMINUIR EL STRESS DE LA MUDANZA



La carga de los bultos y muebles a trasladar son insignificantes frente al peso de las emociones provocadas por el cambio de vivienda.


¿Cómo manejar las diferentes emociones y estados de ánimo que emergen antes, durante y después de una mudanza?
Mudarse implica cambios que indudablemente afectan en menor o mayor grado, provocando un sentimiento de ansiedad ante lo nuevo. Esta situación movilizante y sujeta a transformaciones, es enfrentada emocionalmente como fueron enfrentadas otras situaciones promovedoras de cambio en la vida.
Para minimizar el stress y el impacto de este cambio resulta fundamental: en primer lugar, tomar consciencia y registrar el monto de ansiedad, nerviosismo y malestares ya que aunque el cambio sea hacia algo mejor, siempre despierta emociones y sentimientos, ya que es una situación desconocida.
Ser flexible y recurrir al máximo de nuestra capacidad de adaptación y acomodación a la nueva situación generada por el espacio interno y externo inmediato y mediato al que nos trasladamos.
Tener siempre presente aquellos aspectos positivos por los cuales se decidió la mudanza. Recurrir a ellos en los momentos más complicados ayudan a transitarlos mejor.
Aceptar y procesar el duelo que provoca dejar nuestra actual vivienda que sirvió de marco a nuestras vidas y emociones hasta ese momento.
Participar, es importante que todos los involucrados en el cambio participen activamente de él, haciendo lo que está al alcance de cada uno.
El STRESS ACECHA…



“…Estar agudamente atentos a la experiencia, y así comprender las acumulaciones de cada día y liberarnos de ellas.”
                                                                                 Krishnamurti “El libro de la vida”
El stress es un malestar actual mundial, pero los argentinos sabemos bien de que se trata.
El stress es la respuesta que da un individuo ante diferentes factores que se llaman “estresores”, la reacción puede ser somática o psicológica. Los “estresores” son estímulos nocivos que amenazan la integridad, y se cruzan en la vida cotidiana con un fuerte peso de sobre-adaptación, sobre-esfuerzo, condicionando así la calidad de vida.
El stress no solo abarca la actitud de una persona frente a un determinado estimulo, sino también el contexto sociocultural, laboral, familiar, etc. Si los mecanismos de ajustes de una persona no están equilibrados, el stress viene al acecho. Para quedar preso/a del stress es condición encontrarse en un estado de vulnerabilidad tanto física como psicológicamente. Esto se debe a que el mismo agente “estresor” no impacta de la misma manera en todas las personas. Lo importante es aprender a tomar conciencia de lo que cada uno puede tolerar en cualquier ámbito de la vida, qué es lo que produce stress, identificarlo y revisar que significación tiene para cada persona.
CONSIDERACIONES SOBRE ALGUNAS SITUACIONES PRODUCTORAS DE STRESS
·         Stress pre-quirúrgico: Si una persona tiene que enfrentarse a una cirugía, sea ésta menor o mayor, previamente pasa por la consulta de diferentes médicos, el clínico, el especialista, el cirujano, el anestesista. ¿Alguno de ellos pregunta algo sobre el miedo y ansiedad que produce transitar este hecho? En este tipo de stress es importante estar informado de los procesos por los cuales se va a transitar. Tener un vínculo empático con el médico, que pueda explicar algo sobre el dolor post-quirúrgico, pronóstico, etc. Estas aclaraciones tienden a aplacar el sufrimiento ligado a las fantasías de muerte que pueden aparecer como agentes estresores. El diálogo, la información, el vínculo con el médico, son condicionantes que pueden ayudar mucho a transitar un momento de stress.

·         Laboral: Este tipo de stress es el más riesgoso de convertirse en crónico porque está supeditado a lo Económico, a lo Cultural, a la competencia, productividad, cohesión grupal, sobrecarga de trabajo, conflictos con las figuras que representen autoridad. Trabajar en un clima tranquilo, donde no estén contemplados los maltratos psicológicos, muy de moda en la Argentina, donde se revaloricen los sentimientos de pertenencia y referencia, donde la transgresión no sea la regla. De esta manera se puede ir cimentando menos posibilidades de engrosar a los agente estresores. Incorporando la creatividad a la reflexión se pueden ir logrando lazos más productivos y satisfactorios en el ambiente laboral.
Otro tipo de stress laboral es aquel que se da frente a la tecnología actual. Los cambios tan rápidos a nivel tecnológico a veces hacen que los recursos para adaptarse a lo nuevo no sean suficientes para que resulten eficientes. Este desequilibrio produce mucho stress. Las personas que trabajan con la tecnología están expuestas a problemas de columna, malas posturas, contracturas musculares, mucho sedentarismo y una sobre dosis visual permanente que es un fuerte agente  estresor. Salanova y Cifre llaman a este fenómeno “sociedad compunicada”.
·         Stress que produce presentarse a un examen: El examen puede vivirse desde sentimientos de miedo a la exposición, al fracaso, a no saber lo suficiente, a la incertidumbre, expectativas muy altas, todas las cuales pueden despertar un alto monto de ansiedad como así también producir malestares fisiológicos. En la jerga estudiantil se lo llama “CAPREX” (“Cagazo” pre-examen). Algunas personas se bloquean, se traban y otras se paralizan ante la situación de ser examinados.
o   Stress en la vida familiar: Este stress dependerá de la calidad de los vínculos establecidos, si generan más satisfacción que frustración, si hay diálogo, confianza, comprensión. Dentro del stress familiar es muy común ver a los niños estresados, con alteraciones en el sueño o en la alimentación, mal-humorados, irritados, caprichosos e intolerantes.
·         El síndrome del “BURN OUT”: Es un tipo de stress que se da más que nada en el ámbito de los profesionales de la salud (Médicos, enfermeros, etc.) Son personas que trabajan mucho. Los síntomas se manifiestan a través de: sentimientos de impotencia, cansancio extremo, dolores musculares, alteraciones del sueño, problemas digestivos. Se presenta en mayor medida en aquellas situaciones laborales que no contemplan condiciones de cuidado con la debida suficiencia y con un alto grado de exigencia También se lo conoce como el Síndrome del Quemado.
·         Stress social: Es sabido el stress que producen las situaciones de inseguridad en las cuales estamos inmersos los argentinos, donde cualquiera puede ser un potencial atacante, ladrón o asesino. Los sentimientos de persecución que despierta esta situación, junto con la intranquilidad y la desconfianza, el descreimiento y la injusticia social son elementos sumamente estresantes que arrasan con el psiquismo, lastiman las emociones y hacen gritar al cuerpo.
·         Stress post-traumático: Se da cuando una persona atraviesa un acontecimiento o un hecho traumático donde ha visto peligrar su integridad tanto física como psicológica. La persona se queda sin posibilidad de reaccionar debido a que el miedo anula la capacidad de reflexión. Los ejemplos más comunes son: un accidente, una mala praxis, abusos, muertes. Cuyas manifestaciones pueden ser sueños recurrentes, malestar psicológicos intensos, respuestas fisiológicas, dificultades para recordar, atención y concentración se ven disminuídas. Pueden presentar cuadros depresivos ansiosos, los síntomas pueden ser leves, moderados o graves y se pueden manifestar de diferentes formas.

“La relajación no es solo del cuerpo,  no es solo de la mente, es de tu ser total”
                                                                                                                          Osho