Un Malestar Actual
La dificultad de muchos padres
para marcar límites
“Lo que el niño no comprende es el poder presuntamente educativo que pretende darle una ética, cuando la persona que tiene ese poder no se somete a esa misma ética”.
Françoise Dolto
Françoise Dolto (6 de noviembre de 1908 – 25 de agosto de 1988), fue una médica pediatra y psicoanalista francesa famosa por sus descubrimientos en psicoanálisis de la infancia.
En el trabajo cotidiano,
observo permanentemente a padres como perdidos en el tema de los límites. Si
estos no se muestran adultos y firmes, en una familia, cuesta mucho distinguir
quienes son los grandes y quiénes son los chicos.
Ésta confusión puede
generar grandes consecuencias, porque tanto los chicos como adolescentes
necesitan como referente a una persona adulta que los acompañe en su
crecimiento con afecto pero con firmeza. Los
padres no ponen límites, los chicos se lo piden con sus actos: Caprichos,
descontroles, desafíos.
En muchos hogares
parecería que el modelo que se impone en la actualidad, en la relación
padres-hijos, es la simetría, el igual a igual, este tipo de relación impide el
crecimiento y la madurez emocional.
No hay que convertirse en
amigos de los hijos, hay que ser padres, de lo contrario el vínculo queda
basado en la falta de discriminación de límites, en dónde los chicos creen que
todo lo pueden y que los padres están nada más para complacerlos.
En estos momentos existe
una sintomatología social que afecta mucho a los adolescentes y tiene que ver
con el fracaso escolar, la falta de motivaciones, la violencia, y todo tipo de
adicciones. Me parece que en este punto
necesitan ser rescatados por padres que se desenvuelvan con roles claros. Si un
padre o una madre actúan desde un rol de amigo lo hace desde el identificarse
con ellos desde sus propios aspectos infantiles.
El vínculo simétrico con
los hijos genera mucha desconexión emocional, es muy dañino, los chicos hacen
lo que quieren y las familias se vuelven muy disfuncionales.
Tanto los chicos como los
adolescentes necesitan ser escuchados en sus inquietudes. No es saludable que
ellos sientan que son los que mandan. Es necesario que los padres aúnen
criterios de educación entre ellos, evitando alianzas.
El mensaje de los adultos
debe ser claro, de lo contrario confunde y crea malos entendidos. Se necesita presencia afectiva, escucha
receptiva, seguridad y convencimiento de que el límite es sumamente necesario
para el desarrollo emocional.
"Ojo" con los
padres sobreprotectores: hijos sobreprotegidos son a los que se le dan todos
los gustos, les evitan todos los sufrimientos y frustraciones, deciden por
ellos, están rodeados de un ambiente fantástico e irreal, ó sea, son chicos que
están preparados para complacer a los adultos, como consecuencias van creciendo
con una imagen de sí mismo muy negativa, no saben tomar decisiones por que las
han tomado por ellos, por ende quedan más expuestos a la manipulación de los
demás.
En el otro rincón los
padres permisivos dejan que los jóvenes hagan lo que quieran, no imponen
normas, no cuidan sus salidas, horarios, amigos. Estos padres dan por sentado
que sus hijos son dueños de sus actos.
Los chicos criados en este
ambiente son caprichosos, intolerantes, pero al mismo tiempo son inseguros y
vulnerables. Crecen en un medio de mucha confusión.
No registran a las
personas que representan autoridad y corren el riesgo de sentir la permisividad
de sus padres como falta de afecto o interés hacia ellos.
Aprender a confiar en
nuestros hijos, en sus fortalezas y debilidades, en sus capacidades, mostrarles
que de los errores y fracasos se puede aprender mucho. Ayuda a consolidar una mejor autoestima, un adolescente con una
autoestima fuerte tiene menos riesgos por ejemplo de caer en las adicciones
como la droga o el alcohol porque se sabe cuidar y diferenciar que es lo mejor
para sí, puede elegir con libertad
Padres autoritarios: Generan
hijos dependientes e inmaduros. Imponen mal sus normas, a través de la
violencia que no tiene que ser solo física, también está la violencia emocional
y psicológica que muchos pueden ejercer sobre sus hijos.
Marcar fronteras claras,
delimitadas por el respeto mutuo y dejando discriminado el rol adulto del
infantil o juvenil, conlleva a vínculos más maduros y saludables entre padres e
hijos...
Continuará...
Hola!!
ResponderEliminarLic. la felicito, es un artículo sumamente interesante, que todos los padres debiéramos leer.
Qué importante que alguien nos ayude a abrir nuestra mente, y observar algunas conductas tanto nuestras como de nuestros hijos.
Me encantaría seguir recibiendo sus artículos, y desde ya, muhas gracias.
Marta
HOLA LICENCIADA !!!!!!! TENGO DOS HIJOS ADOLECENTES , AL LEER ESTE ARTICULO ME SENTI IDENTIFICADA CON LA FRASE NO HAY Q SER AMIGOS DE LOS HIJOS SINO PADRES . SOBRE ESO ESTOY TRABAJANDO A DIARIO , LOGRANDO EL RESPETO Q MEREZCO Y SOBRETODO Q LA ULTIMA PALABRA SEA LA MIA . MUCHAS GRACIAS , EXCELENTE ARTICULO .
ResponderEliminarHOLA LICENCIADA.TOTALMENTE DE ACUERDO CON SU ARTICULO . Y EN ESTOS TIEMPOS DONDE HAY UN RELCION SIMETRICA ENTRE EL HIJO Y EL PADRE, REALMENTE EN MUCHOS HOGARES SE OBSERVA COMO SIEMPRE SE DIJO "QUE EL OFICIO MAS DIFICIL ES EL SER PADRES·
ResponderEliminarGRACIAS, LICENCIADA .SU ARTICULO ES CLARO Y EN SU RELATO ME SENTI IDENTIFICADA DEBEMOS "APRENDER A CONFIAR EN NUESTROS HIJOS...."M LUJAN DE POMPEYA