lunes, 2 de julio de 2012


LOS NIÑOS  DIFÍCILES







“Los niños se encuentran en las   fuentes del saber. Son metafísicos. Seres que plantean las verdaderas preguntas. Como los investigadores buscan respuestas”.
Françoise Dolto



¿Por qué a los niños de hoy se los observa tan rebeldes y desafiantes?, ¿por qué los padres están tan    desconcertados y preocupados, sin saber que hacer, cómo reaccionar frente a estos niños?. Porqué se rebelan? ¿Ante qué situaciones o personas lo hacen?.       
                Estos y otros interrogantes tienen que ver con la escucha cotidiana en la clínica con niños, donde la impotencia de muchos padres frente a los avatares de la crianza, sobre todo en la niñez y adolescencia los deja como desenlazados, sin rumbo, desbrujulados para enfrentar a estos niños que se manifiestan como caprichosos, rebeldes, desafiantes, etc.
                Cuando un niño transgrede las reglas Qué está queriendo decir y no puede con su accionar? Contra quién se rebela?.
                Estos niños no encuentran otra forma de manifestar sus angustias que no sea a través del oposicionismo, falta de capacidad de espera, baja tolerancia a la frustración, negativismo un juego desordenado y ansíogeno. Son niños hiperactivos, nerviosos, parecería que nada ni nadie los puede calmar. Donde la urgencia y la inmediatez los cruza en su vida cotidiana, donde la transgresión es la regla.
                Todo este peregrinaje de síntomas deben ser considerados dentro del contexto familiar, cultural y social, dónde la mirada de los adultos que rodean a estos niños son los que le adjudican significaciones a las conductas infantiles.
                Para un buen desarrollo de la personalidad infantil es necesario que los adultos responsables acompañen a estos niños en su crecimiento, brindándoles una imágen de si mismo valorada que no es lo mismo que sobrevalorada, esto se logra a través de la transmisión de valores, principios, creencias. Ayudar a un niño a reflexionar sobre lo que está bien o mal, lo que puede hacer o no, no solo es un acto de amor, sino también una actitud creativa.  Respetarlo para que él pueda aprender a respetar a los demás, o sea, que la función de reflexión de los adultos es una herramienta eficaz para ayudar a estos chicos desatados que carecen de un discurso familiar sostenedor de criterios para lograr  un buen desarrollo cognitivo y madurez emocional. 
                Lo que quiero decir que se necesita de esa capacidad de “ahijar”, “anidar”, para ir construyendo un artesanado afectivo, integrativo de maduración que es lo que conlleva a un desarrollo evolutivo, sembrando un terreno fértil para que la personalidad vaya hacia una mejor maduración.
                El amor, las palabras, la ternura, contención, los mensajes claros, los cuidados resultan ser operaciones psíquicas que actúan como resortes para construir una subjetividad más saludable.
    Dentro de las conductas que manifiestan los niños difíciles nos encontramos con niños agresivos, niños desafiantes, niños rebeldes, transgresores e impulsivos, oposicionistas de los cuales hablaré en un próximo articulo.

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