viernes, 31 de agosto de 2012

Conclusiones: Niños Difíciles


"Los Niños desde muy pequeños tienen ya un largo pasado: El suyo, y además el de sus padres."                                                                                      Françoise Dolto 


    El oposicionismo, impulsividad, negativismo deben ser considerados dentro de un contexto cultural, social y familiar.
    La mirada de los adultos son las que determinan significados a las conductas de los chicos, no se puede quedar solo observando los síntomas, sino ver que se hace con ellos, osea, hay que mirar más allá de éstos, qué nos quieren decir. Encapsular estigmatizar, rotular es más fácil que entender, en definitiva, que educar.
    Aquí se ponen en juego los deseos y expectativas de los padres, denotando el lugar que viene a ocupar ese chico en la estructura familiar. El Vínculo parental, aliena o sostiene, según funcionen las movilidades psíquicas subjetivas con que cada padre cuenta en su historia familiar. Apropiarse de una posición adulta como padres implica desarmar el enredo entre fantasma y realidad, entre pasado y presente.
    La función paterno-materna, no es un mero hecho biológico, sino que tiene que ver con la posibilidad de renunciar a ser propietario de los hijos.


    "A veces son los padres quienes demandan la curación de un hijo que se muestra nervioso y rebelde. Para ellos, un niño sano que no crea dificultad alguna a los padres y solo satisfacciones le procura. 
El médico puede conseguir, en efecto, el restablecimiento del niño, pero después de su curación sigue aquel sus propios caminos más decididamente que antes, y los padres reciben de él todavía mayor descontento."
                                                                                                        Sigmund Freud


viernes, 10 de agosto de 2012


Niños Oposicionistas


“La paternidad, se ejerce desde el comienzo sin “saber del oficio”                                                                                                                                                                             Juan Manuel Serrat

El oposcicionismo tanto como el negativismo son conductas que dan cuenta de una resistencia del chico ante actitudes de adultos marcadas desde la imposición. Apareciendo así una especie de pulseada dónde padres e hijos se trenzan por el poder, o sea, quién domina a quién. Cuando esta necesidad de dominar entre el chico y los padres, u otros adultos, hace que se desvanezca la figura de autoridad. Adultos desconcertados ante los manejos infantiles imponen en vez de escuchar  y calmar la prepotencia de un chico que no sabe qué hacer con su sufrimiento, por eso trata de imponerse, e igualar al adulto de quién necesita una respuesta diferente y madura ante la angustia que invade su psiquismo con la cual no sabe que hacer.

                En el negativismo hay que buscar una herida narcisista que produjo una ofensa. Desde esta perspectiva el negativismo será tanto más fuerte cuanto más esté cuestionada la autoestima por parte de las figuras significativas, algunos adultos que padecen de pobreza subjetiva, o un alto grado de narcisismo, dan cuenta que no han podido encontrar recursos internos sustanciales para la propia organización psíquica.

                Como dice E. Fromm “El amor de un padre debe regirse por principios y expectaciones debe ser paciente y tolerante, no amenazador y autoritario”